Carla Herrero es también Silay Alkma. Hoy son la misma persona, una
chica feliz de 17 años. Pero durante muchos años fueron dos. Carla, la
niña, la adolescente que sufrió bullying durante ocho años, y
Silay, la niña, la adolescente que escribía con metáforas sobre el dolor
oscuro.
"Me sentía inútil, creía que no era nadie, tenía angustia, desesperanza, depresión..., me humillaban psicológicamente, también físicamente, me convirtieron en su diversión", lo explicaba Carla.
El bullying empezó cuando tenía ocho años en su colegio de Tordera (Barcelona). Era un poco gordita, dice, y por eso se quedó sola. Entonces se fue encerrando en sí misma, no se atrevía tener contacto con los demás. Ir al colegio era horrible, pero nunca dijo nada -sus padres se enteraron del bullying cuando publicó su trabajo y el vídeo que le acompaña-. Nadie se dio cuenta, ningún profesor, y ella sintió que no existía.
"Me sentía inútil, creía que no era nadie, tenía angustia, desesperanza, depresión..., me humillaban psicológicamente, también físicamente, me convirtieron en su diversión", lo explicaba Carla.
El bullying empezó cuando tenía ocho años en su colegio de Tordera (Barcelona). Era un poco gordita, dice, y por eso se quedó sola. Entonces se fue encerrando en sí misma, no se atrevía tener contacto con los demás. Ir al colegio era horrible, pero nunca dijo nada -sus padres se enteraron del bullying cuando publicó su trabajo y el vídeo que le acompaña-. Nadie se dio cuenta, ningún profesor, y ella sintió que no existía.